Ni el capitán, ni el entrenador. Ni Hierro, ni Del Bosque. La junta directiva del Madrid decidió ayer dar carpetazo a la espiral interminable de las renovaciones de los dos. Y decidió que no siguen. El uno, el central malagueño, por la insubordinación de ayer en las celebraciones del título. El otro, el preparador salmantino, por "la rutina de los mensajes que deja un ciclo tan largo entre los futbolistas".
Enrique Sánchez, el portavoz de la junta del Madrid, abandonó su silla del restaurante Señorío de Alcocer y se sentó frente a los medios. Eran algo más de las diez de la noche. Se acercó al micro y anunció con voz neutra que los directivos blancos habían acordado no renovar a Vicente del Bosque por unanimidad. También habían decidido aprobar las cifras del fichaje de Beckham y el presupuesto de la remodelación de la grada (4,2 millones de euros). Y otros asuntos menores. Entre estos, al parecer, el de no renovar al capitán del equipo, Fernando Hierro, tras 14 años en el club. Una noticia que tuvo que confirmar Jorge Valdano, el director deportivo del club.
Valdano, a la izquierda de Sánchez, recogió el testigo y argumentó que la decisión de que no siga en el equipo "se debe a cuestiones técnicas". "Hierro tiene una edad (35 años) cercana al límite y entendemos que es el momento de interrumpir la relación con todo el cariño y el respeto que se merece". Lo cierto, es que el amago de motín liderado ayer por el central en las celebraciones del título de Liga, negándose a dar una vuelta triunfal más al estadio, resultó determinante para su salida del club. "Por una noche no se pueden manchar 14 años", subrayó el director deportivo blanco. "Este club tiene perspectiva", se defendió el argentino, que reveló que el malagueño no había recibido la noticia con indiferencia. Valdano también apuntó que había tratado "de llegar a un acuerdo" con el futbolista, en referencia a pactar un partido de homenaje. Un acuerdo que no se alcanzó.
Seis horas de reunión, desde las tres y media hasta casi las diez de las noche, "con un debate muy intenso", concluyeron con la determinación de que no sigan ni Del Bosque ni Hierro. A Del Bosque se le ofreció la renovación hace dos meses, "pero desde entonces han pasado muchas cosas en las que se ha consolidado la necesidad del cambio", explicó Valdano. De Hierro, hace seis semanas, se comentó que era uno de los mejores centrales del mundo. "Esta perfecto de grasa", se dijo entonces.
Al técnico salmantino se le ofreció continuar en el club como director deportivo, "un cargo apropiado a su perfil". Sin embargo, el técnico se negó tajantemente a aceptar esa solución. "Ha rechazado quedarse en el club", resumió Valdano.
"Del Bosque ha cerrado un ciclo y es mejor que se marche en su punto alto", dijo Valdano. Y agregó: "No queremos que haya decadencia con el paso del tiempo. Podíamos renovarle por mucho tiempo para que se sintiera cómodo o cambiar de ruta, porque la inercia del trabajo produce una sensación muy especial en plantillas que anualmente no se renuevan a fondo. Cuando los vestuarios no se cambian, "hay que cambiar los mensajes". Valdano subrayó que el Madrid quiere variar la "rutina diaria", al considerar que después de tres años con el mismo entrenador los jugadores "no es que se acomoden, pero sí que se acostumbran a un cierto nivel de entrenamiento".
"La junta piensa que hay que buscar criterios tácticos más acordes a los momentos actuales", espetó Sánchez. Y Valdano se revolvió muy molesto: "No entiendo ese concepto", afirmó desautorizando al directivo, y continuó: "Eso son cosas políticas y aquí de las cuestiones técnicas hablo yo. La modernidad es jugar bien y ganar, y Del Bosque lo ha hecho". Sánchez, aturullado por el rapapolvo, se lío en una confusa explicación de sus palabras.
Valdano apuntó que el perfil del futuro técnico debería ser el de "un tipo normal, no el de un halcón". "Ya sabéis que aquí no queremos a los duros y modernos no sabemos lo que es, ya he dado dos pistas". Una descripción que encaja con la del ayudante de Ferguson en el Manchester, el portugués Carlos Queiroz, con el que Beckham ha convivido las últimas temporadas. El técnico luso reconoció anoche en la Cadena Cope que estaba negociando con el Madrid. Una afirmación que ayuda a entender otra pieza del puzzle que dibujó ayer Florentino Pérez: la aparición, a eso de las nueve de la noche, de Figo en la junta directiva. Precisamente, Figo deslumbró en aquel Sporting de Lisboa que dirigía desde el banquillo Queiroz en 1994 y que se midió en la Copa de la UEFA a los blancos. Curiosamente en el banquillo del Madrid se sentaba Jorge Valdano.
Sobre el apoyo recibido por el técnico entre los jugadores de la plantilla y en la calle, Valdano fue muy explícito: "A la plantilla se le comunicará de una manera muy sencilla, tan sencilla como decir: 'Vicente no sigue". "Sé que es una decisión a contracorriente, con la que no está de acuerdo ni la calle ni el vestuario, pero la tarea de un gestor es gestionar", resumió.
El mismo director deportivo aceptó que en caso de que el entrenador hubiese ganado la Champions hubiese sido otro. "Lo que pasó hace dos meses fueron síntomas de que el ciclo de Vicente se estaba acabando".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de junio de 2003