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LA POSGUERRA DE IRAK

Kofi Annan rechaza la nueva resolución propuesta por Washington para Irak

La mayoría de miembros del Consejo de Seguridad acogen con frialdad el borrador

El Consejo de Seguridad acogió ayer con frialdad la nueva resolución presentada por Estados Unidos, y de nuevo copatrocinada por España y el Reino Unido, sobre la reconstrucción de Irak. La historia se repite. Para Francia, Alemania y en menor medida Rusia, el texto, muy parecido al que se presentó en septiembre, no responde a ninguna de sus exigencias: un papel preponderante de la ONU y un claro y rápido calendario para el traspaso de la soberanía a los iraquíes. A su vez, el secretario general, Kofi Annan, criticó abiertamente la propuesta de Washington.

La resolución sigue otorgando a EE UU plenos poderes en Irak: el mando de una fuerza multinacional y el control del proceso político y de los recursos económicos. La ONU, a quien se le reconoce una función "vital", sólo jugará un papel secundario, bajo la autoridad del administrador civil estadounidense, Paul Bremer.

Es una propuesta inaceptable para la mayoría de miembros del Consejo de Seguridad, que reaccionaron con poco entusiasmo después de que EE UU presentara oficialmente el texto. Según Francia, Alemania y Siria, es insuficiente. Rusia, más prudente, también mostró su descontento. "La resolución no abre claramente una nueva etapa. EE UU sigue teniendo la última palabra", dijo un diplomático europeo. España copatrocinó la propuesta "porque es una mejora respecto al texto anterior, otorga un mayor papel a la ONU y garantiza la soberanía del pueblo iraquí", dijo el embajador Inocencio Arias, aunque reconoció que deberán introducirse cambios, sobre todo en lo relativo al uso de los fondos de la reconstrucción.

El grupo de oposición que empieza a dibujarse en el Consejo ha encontrado un inesperado aliado en Kofi Annan, que ha presentado sus propias ideas, concretamente un Gobierno provisional que asumiría las responsabilidades más inmediatas, con un modelo similar al de Afganistán, en los próximos tres a cinco meses. Annan se mostró ayer insatisfecho con el nuevo texto. "Es obvio que no sigue la dirección que recomendé".

La baza de la ONU

El secretario general tiene una poderosa baza: ordenar la evacuación definitiva de su personal en Irak, muy reducido la semana pasada, lo que perjudicaría seriamente los planes estadounidenses.

"Queremos tener un mandato efectivo", insistió Annan. "Si los iraquíes asumen la responsabilidad de su Gobierno con el respaldo de la comunidd internacional, ya no podremos hablar de una ocupación y esto ayudará a luchar contra los focos de resistencia", dijo.

En Washington, el secretario de Estado, Colin Powell, dijo que EE UU espera que los iraquíes, y no la ONU, ocupen la posición protagonista en la dirección del país y los esfuerzos de su reconstrucción, porque una transición excesivamente apresurada podría desembocar en "un Estado fracasado", informa José Manuel Calvo. "La situación mejora, especialmente en la recuperación de la vida normal, pero aún va a hacer falta tiempo, y deben ser los iraquíes los que determinen los ritmos", señaló Powell ante la prensa. Además, calculó que harán falta "varios días" para completar el proceso de consultas sobre la resolución en el seno de la ONU, y reiteró que EE UU "está ansioso de que las cosas se muevan rápidamente y de entregar la autoridad a los iraquíes lo antes posible".

La resolución no es muy distinta a la presentada a principios de septiembre. Insiste en la "naturaleza temporal" de la ocupación y asegura que el traspaso de poderes se hará "rápidamente". Pide al Consejo de Gobierno iraquí que fije los plazos para redactar una Constitución y celebrar elecciones, aunque no indica fechas. Según las previsiones de EE UU, el proceso debería tardar algo más de un año.

Las profundas diferencias de planteamiento permanecen. "No queremos", insistió un diplomático británico, "transferir inmediatamente la soberanía de forma simbólica, preferimos que las competencias se asuman de forma gradual y efectiva". Es la antítesis de la postura de Francia y Alemania, que prefieren un proceso rápido antes de diciembre.

EE UU espera obtener de 10.000 a 15.000 soldados para aliviar su esfuerzo militar, y una fuerte ayuda económica en la Conferencia de Donantes que se celebrará en Madrid el próximo 23 de octubre. Parece poco probable que consiga ni lo uno ni lo otro. "Vamos a estudiar cuidadosamente la resolución para ver exactamente dónde están los cambios radicales", dijo ayer, irónico, Munir Akram, el embajador de Pakistán, uno de los países a quien Washington ha pedido tropas. "Antes que nada deberemos consultar con nuestra opinión pública".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 3 de octubre de 2003