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TRAGEDIA EN EL MAR ROJO

148 muertos en un accidente aéreo en Egipto

Un fallo técnico precipitó el avión, con 133 turistas franceses a bordo, sobre el mar Rojo

Todos los pasajeros a bordo del vuelo FSH 604 entre Sharm el Sheij y París murieron ayer al caer al mar el aparato, justo dos minutos después de su despegue en medio de la noche. La gran mayoría de las víctimas -133 de un total de 148- son de nacionalidad francesa. Otras dos pasajeras tienen pasaporte japonés y marroquí y los 13 miembros de la tripulación son egipcios y marroquíes. La relación de víctimas descubre la repetición de hasta seis y siete veces un mismo apellido -familias con hijos y hermanos- y la presencia de un número importante de menores de edad. Once personas de una misma familia murieron el accidente.

"Es como si alguien hubiera metido a la gente junto a sus equipajes en una trituradora", aseguraba Sherif Kazim, miembro de los equipos de rescate egipcios, tras bucear ayer en el lugar de la catástrofe. Sobre un mar de ropas flotaban pedazos de maletas, restos de cuerpos y partes del avión, según el testimonio de Kazim. "Lo que más recuerdo es un trozo de pierna de un niño, con su zapatilla de deporte blanca todavía puesta", aseguró Kazim. "Los rescatadores están tratando de ahuyentar a los tiburones que se comen los cuerpos", añadió.

El avión había llegado a la estación turística de Sharm el Sheij, al sur de la península del Sinaí y a la orilla del mar Rojo, alrededor de las dos de la madrugada. Se trataba de un Boeing 737 de la compañía egipcia Flash Air y procedía de Venecia. Una hora y media más tarde despegaba de nuevo con destino París, capital a la que debía llegar pasadas las nueve de la mañana, tras una escala para repostar en El Cairo.

Pero sin que el piloto llegase a comunicar con las torres de control de El Cairo ni de Sharm el Sheij, apenas dos minutos después del despegue, el avión caía al agua y se hundía a más de mil metros de profundidad, dejando tras de sí un escaso resto de fragmentos de fuselaje, maletas y de cuerpos humanos. La relativa concentración de restos localizados parece descartar cualquier explosión previa a la de la entrada en el agua del Boeing.

Cadáveres recuperados

Según el ministro egipcio de Aviación Civil, Ahmed Chafik, "el aparato tuvo una avería técnica justo después de despegar". Añadió que "hemos recuperado algunos cadáveres no identificados". El titular egipcio de la cartera de Exteriores, Ahmed Maher, también insistió en que "el accidente no se debe a ningún acto terrorista, sino a un accidente del avión". En París, sin querer crear ningún tipo de alarmismo, se esperaba la recuperación de las cajas negras antes de avanzar ninguna hipótesis, aunque el ministro de Transportes, Gilles de Robien, coincidía en que "nada indica que el accidente haya podido deberse a otra causa que una avería".

El Boeing 737 de Flash Air apenas había superado los 500 metros de altura cuando inició un giro que ha sido interpretado como una tentativa desesperada de volver al aeropuerto. Según Gérard Feldzer, piloto profesional y presidente del Aeroclub de Francia, el Boeing 737 "no presenta ninguna dificultad de pilotaje, es el ciclomotor de los aires, basta con dar gas o desacelerar. Los problemas pueden venir del mantenimiento. Personalmente yo no montaría en aparatos de ciertas compañías. Los informes sobre el estado del avión y la calificación de los pilotos no son siempre de fiar".

La nacionalidad francesa es, tras la alemana, italiana y británica, la más frecuente entre los turistas que visitan Egipto. Cerca de 280.000 franceses acudieron en 2003 al país de las pirámides, siendo además el turismo más reactivo cada vez que se ha producido un atentado integrista a la vera del Nilo, un tipo de amenaza que, durante la década de los noventa, ha perjudicado de manera importante un sector que aporta a la maltrecha economía egipcia más de 5.000 millones de dólares (unos 4.000 millones de euros) al año.

El presidente Jacques Chirac telefoneó enseguida a su homólogo egipcio, Hosni Moubarak, para expresarle "su dolor" y, sobre todo, para prevenir los posibles conflictos que puedan darse en la colaboración entre expertos franceses y egipcios en la investigación del accidente. El secretario de Estado para Asuntos Exteriores, Renaud Muselier, marchó ayer hacia El Cairo para ponerse "en contacto con las autoridades egipcias", con las que colaborarán "en la labor de localizar el aparato, recuperar e identificar los cuerpos y participar en la investigación de las causas de la catástrofe".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 4 de enero de 2004