57º FESTIVAL DE CANNES
ÁNGEL FERNÁNDEZ-SANTOS | Cannes
Se echaba de menos en esta edición de cortos vuelos del Festival de Cannes una película excepcional, de esas que se intuye que van a saltar de aquí a la historia, y una de esta estirpe llegó por fin ayer. Es 2046, del cineasta chino Wong Kar-wai, que insiste, y va más allá de donde nunca llegó, en su universo cerrado, interior, de refinada belleza y arrolladora elocuencia lírica, a la busca de las zonas oscuras del misterio del amor y su trágica conversión en desamor.
Tizi Nisly es uno de esos pueblos perdidos del Medio Atlas que nunca hubiesen salido del anonimato si a la única directora cinematográfica marroquí, Narjis Nejjar, no se le hubiese ocurrido rodar allí, el año pasado, un largometraje sobre la historia de una aldea en la que las mujeres son prostitutas, una profesión que las hijas heredan de sus madres.
Carlos Saura quiso ser bailaor antes de inclinarse por el cine. "Fui a la escuela de La Quica a que me diera clases. Ella me puso algo sencillo en el tocadiscos, una bulería quizá". Cuando Saura terminó de bailar, la artista fue franca: "Mira, Carlos, es mejor que te dediques a otra cosa".
LA LIDIA
| FERIA DE SAN ISIDRO