Entonces no había franquicias ni cadenas de comida rápida. Era la edad de oro de los artesanos y de los comercios. Abrieron sus puertas a partir del siglo XVI, cuando la capital todavía era un pueblo y la plaza Mayor ni siquiera existía. Unos pocos han sobrevivido: del Madrid de los Austrias a Lavapiés, del barrio de Conde Duque a Malasaña.
Por eso, el Ayuntamiento ha decidido homenajear, con una placa realizada por el dibujante Antonio Mingote, aquellos establecimientos que cuentan con más de 100 años ininterrumpidos de actividad y que forman parte del patrimonio histórico de la ciudad. Son joyerías, droguerías, librerías imprentas, restaurantes, pensiones, tabernas... Fueron escenarios privilegiados de ese Madrid retratado por Pérez Galdós, Valle-Inclán, Pío Baroja o Hemingway. Les enseñamos una muestra de esas 40 tiendas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de marzo de 2007