En total, revisar más de dos millones de vehículos en todo el mundo ha supuesto para Mitsubishi un coste de 46.500 millones de pesetas (279,47 millones de euros). Una cantidad elevada aunque cuatro veces inferior a la otra partida que ha lastrado las cuentas del fabricante japonés, la provisión para el plan de bajas, que se ha situado en 200.000 millones de pesetas (1.211 millones de euros).
Caída en las ventas
En cuanto a la cifra de negocio de Mitsubishi, esta alcanzó en el pasado año fiscal 5,07 billones de pesetas (30.518 millones de euros), lo que representa una reducción del 1,7% respecto a la facturación del ejercicio 1999-2000.
Este descenso obedece fundamentalmente a la caída de las ventas, que se redujeron un 10% en Japón, con 519.586 unidades. La producción, por su parte, descendió un 4,2%, con 960.014 vehículos. Mitsubishi prevé recuperarse en el aspecto comercial este año, gracias al lanzamiento de nuevos modelos, tras la incorporación como jefe de Diseño del francés Olivier Boulay.
Por lo que respecta al balance económico para este año, el socio japonés de DaimlerChrysler espera equilibrar su resultado e incrementar un 6,8% su cifra de negocio, hasta 5,4 billones de pesetas (32.605 millones de euros).
Las números de Mitsubishi contrastan sensiblemente con los presentados ayer por otro importante constructor de automóviles japonés, Nissan, que ayer anunció unos beneficios de más de medio billón de pesetas tras tres años de pérdidas.