El nuevo presidente de la República Argentina, el peronista Adolfo Rodríguez Saá, que esta noche será designado para el cargo por la Asamblea Legislativa, tiene previsto declarar la mayor suspensión de pagos de la historia del país y mantener la vigencia del sistema de convertibilidad entre el peso y el dólar, según ha adelantado el Partido Justicialista (PJ), con mayoría parlamentaria.
Rodríguez Saá ya ratificó anoche públicamente su deseo de mantener la convertibilidad y prometió que cuando asuma el cargo de presidente de la República anunciaría "importantes medidas para salir de la crisis".
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Dichas medidas han acaparado las intensas reuniones que los líderes peronistas mantienen desde que estalló la crisis para abordar la grave situación económica que padece el país.
La suspensión de pagos y el mantenimiento de la convertibilidad significa que no se realizarán los desembolsos previstos de deuda pública y se intentará avanzar hacia una renegociación con una merma de capital, según han declarado fuentes del Partido Justicialista.
El nuevo presidente, que asume el cargo para los próximos tres meses, hasta las elecciones del 3 de marzo, mantendría en pie uno de las decisiones inamovibles del equipo del dimisionario De la Rúa en contra de un sector del peronismo, que insiste en la necesidad de una dolarización o una devaluación del peso.
El presidente que sea elegido en marzo completará el mandato que dejó pendiente Fernando de la Rúa, quien debía permanecer en el poder hasta el 10 de diciembre de 2003.
Rodríguez Saá ya anticipó anoche que entre las medidas que tenía previsto articular para sacar al país del "agobio" descartaba la devaluación y apostaba por dejar de pagar los compromisos que genera la deuda pública argentina, calculada en 132.000 millones de dólares (unos 25 billones de pesetas), hasta que "todos los argentinos tengan trabajo". "Gobernaré para los más humildes y los que sufren", aseguró.
La designación de Rodríguez Saá, de 54 años, se conoció 24 horas después de la renuncia de Fernando de la Rúa, quien dimitió en medio de una crisis social que derivó en estallidos de violencia que se han saldado con 27 muertos.
La proclamación de Rodríguez Saá se hará por el acuerdo "unánime del peronismo", durante una conferencia de prensa que ayer ofrecieron los gobernadores de provincias y los jefes de los grupos parlamentarios del partido. El gran ausente fue el ex presidente Carlos Menem, líder formal del Partido Justicialista, quien minutos antes difundió un comunicado de prensa en el que se pronunciaba a favor de confirmar a Puerta como presidente argentino, con un mandato hasta finales de 2003, cuando debía concluir la presidencia de De la Rúa.
Gobernador sin problemas
Diversos dirigentes de la Alianza que llevó a De la Rúa al Gobierno, en diciembre de 1999, han adelantado que aceptarán la decisión que defienda el peronismo en la Asamblea Legislativa de hoy, por lo que la propuesta de Menem no será discutida.
Sin embargo, los grupos parlamentarios de los senadores y los diputados de la Unión Civica Radical (UCR) se opondrán en la Asamblea Legislativa al acuerdo de convocar elecciones para el 3 de marzo de 2002, según han anunciado portavoces del radicalismo. La UCR anunció que está "en contra" de la convocatoria de elecciones porque apoya la alternativa de un presidente designado por el Congreso hasta el año 2003.
Rodríguez Saá gobierna desde 1983 en San Luis, en el oeste de Argentina, una de las pocas provincias sin problemas financieros o de endeudamiento. El jueves, los máximos dirigentes del peronismo se reunieron en esa provincia, donde Rodríguez Saá inauguró un aeropuerto en una zona turística, mientras en otras zonas del país se producían incidentes violentos, así como saqueos de supermercados y negocios.
Posible vuelta al estado de sitio
Antes de conocerse la designación de Rodríguez Saá, el presidente interino, Ramón Puerta criticó la última decisión de De la Rúa: poner fin al estado de sitio, una medida que calificó de apresurada. Así, anunció que restablecerá el estado de sitio en las provincias que asó lo soliciten.
A última hora de la tarde (hora española) se volvió a implantar esta medida en la provincia de Buenos Aires, "ante la solicitud de las autoridades del distrito", según informó en la Casa de Gobierno, el ministro del Interior interino, Miguel Angel Toma.