El servicio de seguridad interior israelí, Shin Beth, ha admitido "deficiencias" en los preparativos del ataque aéreo del pasado 22 de julio en Gaza, que acabó con la vida de 15 palestinos, nueve de ellos niños. "En el marco de una investigación común hemos descubierto deficiencias en las informaciones y datos sobre la presencia de inocentes en el entorno de [Salah] Chéhadé", el dirigente islamista objetivo principal del ataque, según ha indicado un portavoz del Ejército.
MÁS INFORMACIÓN
- Clamor internacional contra Israel por la matanza de Gaza
- '¡No puede haber paz!'
- Un atentado causa siete muertos en la Universidad Hebrea de Jerusalén
- Israel toma la ciudad palestina de Nablús
- Arafat condena la operación del ejército israelí en Nablús
- Contexto:: Los orígenes del conflicto
- Opinión:: ¿A qué estamos esperando?, por Amos Oz
- Tema:: 50 años de lucha
- Gráfico:: La nueva intifada
Salah Chéhadé, jefe de las Brigadas Ezzedine al-Qassam, rama armada del movimiento islamista Hamas, fue abatido por una bomba lanzada durante la noche sobre una vivienda situada en un barrio popular de Gaza. "Si el Ejército y el Shin Beth hubieran sabido de la presencia de civiles inocentes cercanos a Chéhadé habrían escogido otro momento y método", ha admitido el protavoz.
"Este informe va a recoger informaciones estratégicas para evitar que sucesos así vuelvan a repetirse", ha añadido no sin justificar el objetivo último del ataque: la eliminación de Salah Chéhadé, acusado de haber originado la muerte de "decenas de civiles israelíes".
En el plano internacional, el ataque recibió críticas de todo el mundo, en particular de Estados Unidos, principal aliado de Israel, cuyo presidente, George W. Bush, reprochó implícitamente al primer ministro israelí, Ariel Sharon, de entorpecer sus esfuerzos de paz.
Por su parte, el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, lamentó el ataque y acusó a Israel de ser "responsable legal y moral de la toma de todas las medidas posibles para evitar la pérdida de vidas humanas". El ministro danés de Asuntos Exteriores, Per Stig Moeller, cuyo país ostenta la presidencia de turno de la Unión Europea, condenó igualmente el ataque.