Por primera vez en la historia de la Guardia Civil, un agente ha solicitado vivir en el acuartelameniento de Mallorca, donde está destinado, con su novio, después de que la pareja formalizara su relación al inscribirse en el registro de parejas de hecho de Baleares.
Los responsables de la Benemérita todavía no se han pronunciado al respecto, ya que la petición del agente no se hará oficial hasta los próximos días, pero la noticia ha causado impacto en el instituto armado.
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Fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil de Palma señalan que la posibilidad de que se conceda o no la autorización depende de la interpretación de los artículos 12 y 16 de la Orden General de la Dirección General de la Guardia Civil, que se firmó el 8 de agosto de 1994, que regula la utilización de los pabellones de la Benemérita.
El artículo 12 establece las prioridades para proceder a la adjudicación de plazas en los cuarteles, destacando entre ellas el personal que tenga cónyuge o familiares a su cargo. El 16, por su parte, señala que podrán vivir en el cuartel "el adjudicatario, su cónyuge y los familiares de ambos hasta el segundo grado de parentesco. Para el resto de las personas se requerirá autorización escrita del mando que tenga facultad para la adjudicación". También señala que tendrá consideración la persona unida al titular por una relación afectiva y estable, análoga a la del matrimonio, lo que hace clara referencia a una unión heterosexual.
La pareja considera que estas disposiciones están desfasadas, por lo que lucharán por conseguir vivir en el cuartel con los mismos derechos que una pareja heterosexual.