Rusia no se dejará arrastrar a la guerra en Yugoslavia, subrayó ayer el ministro de Exteriores, Ígor Ivanov, durante la sesión extraordinaria de la Duma Estatal, la Cámara baja del Parlamento, celebrada especialmente para decidir las medidas a tomar frente a los bombardeos de la OTAN. Ivanov manifestó ante los diputados que "aquellos que cometieron el acto de agresión, entre los que hay tres miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, anularon de hecho las resoluciones de dicho Consejo sobre Yugoslavia, incluida la 1.160, que impone el embargo al envío de armamentos".A pesar de estas declaraciones, Ivanov dijo que por el momento Rusia no pensaba salir unilateralmente del embargo impuesto por la ONU, aunque no excluía que pudiera hacerlo en el futuro. "Por el momento se trata de enviar ayuda humanitaria. Qué tipo de ayuda se necesitará más tarde es algo que dependerá del desarrollo de los acontecimientos", señaló el ministro. Ivanov también excluyó cerrar la Embajada en EEUU y poner en estado de alerta las fuerzas de reacción rápida. Tras la intervención del ministro, la Duma votó una resolución de condena del ataque de la OTAN, a la que acusó de "terrorismo de Estado".
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de marzo de 1999