"Estados Unidos se comporta de forma criminal y ataca a civiles", denunció ayer el embajador de los talibán en Pakistán, Abdul Salam Zaif. Casi a la misma hora, Estados Unidos bombardeaba Kabul de día, por primera vez, donde se escuchaban constantes explosiones. Tras la noche de mayor actividad bélica desde que se iniciaron los ataques, los talibán elevan a casi 200 las víctimas mortales, en su mayoría civiles. No hay confirmación independiente de esas cifras. En su habitual tono desafiante, Zaif dijo que la verdadera guerra aún no había empezado. "Me comunican que EE UU ha atacado la zona de Torghar, cerca de Jalalabad", dijo con expresión severa tras recibir una nota de uno de sus ayudantes.
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"Han alcanzado un pueblo y han provocado un centenar de mártires en este acto", aseguró el embajador del régimen talibán en Pakistán. Las colinas de Torghar se encuentran a las afueras de la ciudad de Jalalabad, a unos 80 kilómetros de la frontera con Pakistán. Los bombardeos contra Afganistán se reanudaron en la madrugada de ayer y volvieron a golpear sus objetivos en al menos cuatro ocasiones.
Con anterioridad, el embajador del régimen de Kabul había dado cuenta de la destrucción de una mezquita en esa misma ciudad afgana, con el resultado de 15 muertos. Varios campos de entrenamiento de Al Qaeda, el grupo terrorista de Osama Bin Laden, se encuentran supuestamente en los alrededores de Jalalabad, una ciudad que ha quedado arrasada durante los ataques.
Después de tres noches de bombardeos, la agencia de noticias Afghan Islamic Press (AIP, cercana a los talibán) habló el miércoles de 76 muertos y un centenar de heridos y aseguró ayer que 140 personas habían muerto en los violentos bombardeos de las últimas 24 horas. La suma acerca a 220 el número de víctimas mortales. La ausencia de periodistas internacionales sobre el terreno hace muy difícil comprobar esta información.
Zaif desmintió la rumoreada presencia de 400 comandos norteamericanos dentro del territorio afgano bajo su control (aún el 90% del país). "No es cierto que estén dentro", aseguró, "cuando entren en Afganistán empezará la verdadera guerra". En su ya habitual cita con los informadores en el jardín de la sede diplomática, el único embajador de los talibán en el mundo reiteró que su líder, el jeque Mohamed Omar, está vivo a pesar de los insistentes bombardeos sobre Kandahar, su ciudad de residencia.
Parientes del mulá Omar
"Todos los afganos son parientes suyos", respondió a una pregunta sobre las alegaciones estadounidenses de que dos familiares suyos murieron en los primeros bombardeos el pasado lunes. Al parecer, Omar se encuentra escondido en un lugar seguro desde que, ese día, los ataques alcanzaran su residencia, que había abandonado apenas unos minutos antes.
Las imágenes de Al Yazira, la cadena árabe de televisión autorizada a transmitir desde Kabul, difundió durante el día de ayer imágenes de grandes columnas de humo al noreste de la capital afgana.
El corresponsal de Al Yazira no pudo precisar una cifra de posibles víctimas civiles de los bombardeos sobre Kabul, que se produjeron ayer de forma constante. Con respecto a los daños que ha podido sufrir la capital afgana, subrayó que "no son nada en comparación a como ya la dejaron los propios muyahidín" (combatientes islámicos) durante la guerra civil, que comenzó en 1991. Estas declaraciones del corresponsal de Al Yazira contradicen la versión oficial de los talibán, que han calificado de "mentira" las afirmaciones estadounidenses de que "no se está atacando objetivos civiles".
Al parecer, un proyectil alcanzó un almacén de combustible o, según algunos testigos citados por la agencia Reuters, un polvorón de los talibán, provocando una tremenda explosión. En esa dirección se encuentra el aeropuerto y las dos principales bases aéreas de los talibán, que ya habían sido objetivos durante la madrugada. El repiqueteo de las baterías antiaéreas llenó el cielo de la capital afgana durante buena parte de la noche, mientras continuaban cayendo bombas y misiles. Varios aviones podían ser contemplados, casi de forma continua, sobrevolando el cielo de Kabul, iluminado constantemente por las balas trazadoras de las baterías antiaéreas.
Según testimonios recogidos por AIP, un misil mató a los diez ocupantes de una casa cerca del edificio de la Aduana, también al este de la capital. Entre las víctimas la agencia mencionó a un bebé de seis meses. "Estados Unidos debería saber que la hostilidad hacia Afganistán y la continuación de la guerra no va en el interés de los pueblos norteamericano y afgano, y tendrá consecuencias graves e impredecibles", advirtió Muttaqui.
Ataques sobre Kandahar
También se repitieron los ataques sobre Kandahar, donde algunos residentes contactados por teléfono aseguraron a la agencia France Presse que no había respuesta de las defensas antiaéreas. En esa ciudad del sur afgano, convertida en el corazón espiritual del movimiento de los talibán, el objetivo parecían ser los edificios oficiales. Sin embargo, un comandante local, Mohamed Akhtar Usmani, aseguró a Reuters que habían causado 15 muertos, entre ellos mujeres y niños, pero ninguno militar. "Todos eran civiles", subrayó.
Los habitantes de Kabul estaban abandonando todas las zonas cercanas a los objetivos, según relató la agencia France Presse desde la capital afgana. "Alá nos vengará. Si nos bombardean, Dios también les bombardeará a ellos", relató un anciano, Mohamed Zahir, que abandonaba su pueblo, Qala-i-Wakil, que se encuentra a sólo dos kilómetros del aeropuerto.
"Una bomba cayó en una casa y mató a una niña de 12 años. Tres casas han sido destruidas por la onda expansiva", señaló Qand Agha, un vendedor ambulante de 35 años, que no ha podido abandonar el pueblo.
Por otra parte, Michel Peyrad, el periodista francés de la revista Paris Match, detenido en Afganistán por los talibán en cuyo territorio se infiltró vestido de mujer, "habría sido trasladado a Kabul", indicó ayer en Islamabad Olivier Royant, director adjunto del semanario, que aseguró que ya ha mantenido un encuentro con las autoridades afganas, que calificó de "positivo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 12 de octubre de 2001