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Una cadena de atentados provoca una carnicería en Jerusalén

Un coche bomba y dos ataques suicidas causan al menos 10 muertos y cerca de 200 heridos

El corazón de Jerusalén se vio sacudido anoche, con intervalos de pocos minutos, por tres explosiones que causaron al menos 10 muertos y cerca de 200 heridos.Dos terroristas suicidas convertidos en bombas humanas, y un coche bomba, llevaron la muerte, el caos y la desolación al centro de la ciudad santa de judíos, musulmanes y cristianos.

Ayer se cumplía justamente una semana del asesinato de uno de los responsables del brazo armado de Hamás en Cisjordania, Mahmud Abu Hannud. Una muerte que la organización radical palestina prometió vengar "de manera dolorosamente dura e inmediata".

Fue una noche de pánico en la zona peatonal de Ben Yehuda, centro comercial de Jerusalén Oeste. Los dos terroristas saltaron por los aires de manera casi simultánea y se llevaron por delante a numerosos israelíes.

La primera explosión destruyó una heladería y sepultó bajo los escombros a decenas de clientes. La segunda, obra también de un suicida, se produjo unos 50 metros más allá, donde la calle se estrecha a causa de unas obras, lo que provoca habitualmente una congestión de viandantes. Casi todas las víctimas eran jóvenes.

Los comandos suicidas habían escogido la hora y el lugar idóneos para que el número de víctimas fuera elevado: uno de los establecimientos más populares del centro de la ciudad, que se llena de gente joven, el sábado por la noche, tras la fiesta del shabat, cuando los clientes saborean las últimas horas del descanso semanal.

Los clientes heridos, muchos de ellos con el rostro cubierto de sangre, trataban de abandonar apresuradamente el local, buscando ayuda por las calles cercanas. Algunos yacían en el suelo, en medio del asfalto, mientras sus amigos trataban de consolarlos y aliviarlos. El caos se convirtió en pánico, cuando minutos más tarde se escuchó una tercera explosión: un coche bomba acababa de saltar por los aires, envuelto en llamas, a poco menos de doscientos metros de donde se habían registrado las dos primeras explosiones. Una mujer llamada Liron que se encontraba sentada en un café de Ben Yehuda describió la primera deflagración como "una explosión enorme". "Ví como la gente saltó por los aires y todo el mundo estaba cubierto de sangre".

Balances oficiales aseguraban que las tres explosiones habían producido al menos seis muertos y no menos de 150 heridos. Las cifras, ayer a medianoche, aún no eran definitivas y los bomberos y ambulancias vaticinaban no menos de 10 muertos y cerca de 200 heridos. Un portavoz del gobierno resumió en pocas palabras lo sucedido: "Ha sido uno de los peores atentados en la historia de Jerusalén".

Ayer por la noche, mientras la zona permanecía acordonada y las ambulancias ululaban sin parar llevando los heridos a los hospitales cercanos, los vecinos de la zona recordaban que la misma calle peatonal de Ben Yehuda fue escenario de un atentado similar el 4 de septiembre de 1997, cuando un suicida de Hamás se mató en el interior de una cafetería provocando 13 muertos. Pero esto no es todo, unos metros más al norte de la calle Ben Yehuda, una pizzería quedó asimismo destrozada a mediados del pasado mes de agosto, cuando otro suicida de Hamás se autoinmoló en el restaurante, matando a más de 20 personas.

Un portavoz del Gobierno, como es usual en estos casos, responsabilizó de lo sucedido al presidente palestino Yasir Arafat. Emamnuel Nachson, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores aseguró: "A nuestros ojos y sin ninguna duda Arafat es el responsable, como consecuencia de su falta de accion en la lucha contra el terrorismo". Raanan Gissin, portavoz del primer ministro, prometió "una respuesta proporcionada".

El primer ministro Ariel Sharon, quien desde el viernes por la tarde se encuentra en Washington, decidió al conocer el atentado recortar el programa de su viaje para volver lo antes posible a Israel. Sharon se reunirá hoy domingo con el presidente George W. Bush en lugar del lunes, como estaba en principio previsto. Circunstancialmente Sharon estuvo a punto de suspender este viaje como consecuencia de otro atentado suicida perpetrado el pasado viernes en el interior de un autobus de transporte público y que provocó cuatro muertos y una decena de heridos.

Arafat emitió ayer un comunicado condenado el triple atentado y anunciando que los culpables serían perseguidos. Todo hace sospechar que en las próximas horas la policia palestina, por orden expresa de Arafat, continuará con los arrestos masivos de dirigentes y militantes de Yihad Islámica, operación que se inició ayer de manera simultanea en Cisjordania y Gaza.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 2 de diciembre de 2001