Tras dos maratonianas sesiones del Congreso y el Senado, el Parlamento argentino aprobó ayer, como estaba previsto, la ley de emergencia pública y de reforma del régimen cambiario que abre una nueva era, al poner fin a la ley de convertibilidad (paridad entre el peso y el dólar), eje de la economía durante 11 años, y abrir la puerta a la devaluación de la moneda. La crisis argentina ha llegado a tal extremo que un presidente, Eduardo Duhalde, que fue derrotado en las urnas hace dos años acaba de obtener del Congreso poderes especiales para acometer la transformación del país.
MÁS INFORMACIÓN
- Duhalde negocia con las empresas españolas
- Argentina aplaza la aplicación de las medidas de emergencia
- Duhalde anuncia un "baño de sangre" si Argentina no consigue superar la crisis
- Los argentinos reciben con un 'cacerolazo' las nuevas medidas económicas
- Claves:: Diez preguntas y respuestas sobre la crisis argentina
- Gráfico animado:: La economía argentina
- Con todos menos con Menem
- Las empresas españolas temen que Argentina les haga pagar la crisis
- La inminente devaluación del peso dispara los precios en Argentina
- El hombre que alertó sobre el desastre
- El último día del uno por uno
- Alquimia monetaria y poco más
- Duhalde tiende la mano a las firmas españolas perjudicadas
- Amplios poderes contra la recesión
- El Gobierno argentino devalúa el peso un 28%
Tras la votación, el nuevo ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, anunció que el nuevo tipo de cambio oficial y comercial será de 1,40 pesos por dólar, una devaluación en la línea anunciada, y consideró que el valor de la cotización en el mercado libre "será parecida", aunque aclaró que lo antes posible se irá a un sistema de flotación libre. La medida entrará en vigor el miércoles.
Una amplia mayoría formada por los legisladores de las dos grandes agrupaciones políticas -Partido Justicialista (PJ) y Unión Cívica Radical (UCR)- y un sector del Frente del País Solidario (Frepaso) votaron a mano alzada a favor del fin de la convertibilidad. Dieron su voto negativo los legisladores de la opositora Alternativa para una República de Iguales (ARI), los diputados provinciales, el sector disidente del Frepaso y los distintos grupos de izquierda.
Uno de los puntos que chocó con la resistencia de más legisladores fue la concesión de poderes especiales al presidente de la nación, que en la práctica le dan carta blanca para decidir, al margen del Parlamento, la política económica de los próximos dos años. La senadora peronista Cristina de Kirchner, esposa del gobernador de la provincia de Santa Cruz, recordó que apenas hace dos semanas los mismos legisladores que votaron los poderes especiales para Duhalde se los quitaron al ex ministro de Economía Domingo Cavallo, cuando el todavía presidente De la Rúa tenía las horas contadas.
No fue éste el único punto en el que diputados y senadores dieron la vuelta completa al sentido de su voto. En noviembre aprobaron la intangibilidad de los depósitos bancarios. Días después, el decreto de Cavallo de congelación parcial de los depósitos (el corralito), dejaba sin efecto aquella decisión del Parlamento. Ayer, los parlamentarios facultaron al Ejecutivo para que establezca los plazos de la devolución de los ahorros en la moneda en que fueron depositados, que no empezará antes de tres meses.
A partir de ahora, el dólar comercial será fijo. Al nuevo tipo de cambio anunciado ayer -1,40 pesos por dólar- se liquidarán las exportaciones y buena parte de las importaciones y se pagará la deuda pública y privada. Las importaciones de bienes suntuarios, el turismo, la compra de dólares como ahorro y otros pagos financieros se regirán por un dólar libre.
La devaluación tendrá un impacto en la población que nadie se atreve a cuantificar. El Gobierno reitera que en los alquileres se mantendrá la relación entre el peso y el dólar de 1 a 1 durante seis meses, para renegociar las nuevas condiciones entre arrendador e inquilino. Los precios no tienen que subir de manera disparatada si la memoria histórica no actúa de manera disparatada, dicen los portavoces gubernamentales. De momento es más una promesa que una realidad. La senadora Kirchner explicó ante sus compañeros que por un producto farmacéutico pagó el sábado el doble de lo que costaba dos días antes. "Un producto producido en Argentina, envasado en Argentina y distribuido por un agente argentino. No basta con hablar de proteger la producción nacional, hay que cuidar el interés nacional de los nacionales", dijo.
Entre las numerosas intervenciones de los congresistas, incluso de los que votaron a favor de la ley, se percibió preocupación e incertidumbre en grandes dosis. La confusión entre la banda comercial y otra financiera; un dólar para la exportación de productos agropecuarios y otro dólar industrial; ¿en qué moneda se harán los contratos entre individuales?; ganan los sectores vinculados a la exportación y pierden aquellas personas que viven de un ingreso fijo... fueron algunas de las dudas expresadas por los legisladores. La situación de las provincias, con deudas en dólares superiores a 100.000 dólares (límites de la transformación a pesos que contempla la ley), fue recordada por más de un congresista. Uno de ellos recordó los casos de Río Negro y Neuquén, donde empieza la cosecha de fruta. "No sabemos en qué términos y en qué moneda suscribir los contratos", lamentó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 7 de enero de 2002