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Los jefes palestinos lanzan una ofensiva total contra Israel

Abatido un asesor de los Tanzim, cuyo líder instó a matar a los soldados israelíes de los controles

El movimiento de resistencia islámica Hamás alcanzó ayer por primera vez un objetivo -una casa israelí- con uno de sus misiles Qasam-2. Poco después, el Ejército de Israel, en una nueva operación de guerra sucia, abatió en Ramala a un dirigente de la milicia popular de los Tanzim, Mohanna Abu Halawa, al alcanzar el coche en el que circulaba junto con otros dos destacados militantes de Al Fatah. Horas antes, el jefe de los Tanzim, Maruán Barguti, había animado a los palestinos a matar a los soldados israelíes, apostados en los controles de las carreteras.

La sangre de palestinos e israelíes corrió un día más: cinco muertos entre los primeros y siete entre los últimos en una jornada de ataques y represalias. En la franja de Gaza, de los tres misiles Qasam-2 disparados por milicianos de Hamás, uno alcanzó, por primera vez, un objetivo en territorio israelí. Uno de estos misiles de fabricación casera, disparado desde Gaza, hirió a tres personas al impactar contra un edificio de tres plantas del pueblo de Sderot, en la carretera que conduce al rancho del primer ministro Ariel Sharon.

Con la muerte del subjefe de los Tanzim, Sharon envió una advertencia, a Maruán Barguti, secretario general de Al Fatah en Cisjordania, diputado del Parlamento palestino, jefe de las milicias Tanzim y líder carismático de la Intifada, por llamar a los palestinos a matar soldados israelíes apostados en los puestos de control.

"Tenéis que apuntar vuestros fusiles hacia los controles israelíes en las carreteras: ningún soldado debe sentirse seguro. Ya que estos controles simbolizan la humillación que Israel impone a nuestro pueblo cada día. Debemos disparar contra ellos. No habrá paz en Tel Aviv hasta que haya paz en Ramala", había vociferado al mediodía de ayer Barguti. El jefe de los Tanzim hizo este llamamiento en el cementerio de Ramala, ante cerca de 15.000 personas, que habían acudido al campo santo para participar en el entierro de los cinco niños y una mujer abatidos el lunes en el campo de refugiados de A Mar por un obús del Ejército israelí.

No más detenciones

Las palabras de Barguti, acogidas con los aplausos y el griterío de una multitud que agitaba pancartas y banderas, fueron coreadas por el jefe de la Seguridad Preventiva de Cisjordania, el coronel Jibril Rajub, quien aportó también desde Ramala su dosis de demagogia. Rajub anunció que de ahora en adelante sus hombres "no detendrán a más milicianos palestinos" implicados en acciones armadas y terroristas, como habían estado haciéndo ocasionalmente hasta ahora en virtud de los acuerdos de seguridad entre la Autoridad Palestina e Israel.

Los propósitos de Barguti y Rajub colmaron la paciencia de Israel, que a primera hora de la noche decidió atacar a la cúpula dirigente de la milicia Tanzim. Un helicóptero de combate disparó un misil contra un coche, en el que iban dos guardaespaldas de Barguti, y su lugarteniente Mohanna Abu Halawa, supuestamente implicado en el asesinato de ocho israelíes y considerado responsable directo del asesinato del rabino Kajane junior, el 31 de diciembre de 2001, uno de los dirigentes mas fanáticos y radicales de la extrema derecha judía.

Los tres hombres, todos miembros de Al Fatah, el partido de Yasir Arafat, murieron en el acto. Maruán Barguti recibió un claro mensaje: el próximo será él.

Culminaba así una trágica jornada que se inició en la madrugada en Tel Aviv, donde un activista suicida disparó desde la calle con un fusil automático F-16 contra un grupo de ciudadanos que estaban celebrando una despedida de soltera en un popular restaurante del centro de la ciudad. Tres israelíes, que bailaban en el centro del local, murieron por los disparos. Otros 30 resultaron heridos.

Cuando acabó con el cargador de su fusil, el palestino entró en el restaurante, para atacar a los comensales con un cuchillo. Un policía, que se encontraba en la fiesta, le disparó con su arma reglamentaria a bocajarro, después de recibir una puñalada en la espalda.

Israel, que se había despertado dolorido por ese atentado, uno de los más graves acaecidos en Tel Aviv desde que se inició la Intifada, tembló a las ocho de la mañana por el estruendo de otro suicida que en un autobús de transporte público en Afula, se autoinmolaba provocando la muerte de un israelí y heridas en media docena de pasajeros.

Ese atentado se engarzó con otro en las cercanías de Hebrón en el que murio una mujer colona, mientras conducía su coche, por los disparos de un francotirador. Cinco muertes de israelíes en poco menos de doce horas. El país ni siquiera había llegado al mediodía.

Pero eso no fue todo. Antes de acabar la jornada un misil artesanal, fabricado en los laboratorios secretos de Hamás, un Qasam-2, alcanzaba por primera vez una ciudad israelí. El proyectil probó su eficacia, a pesar de su aspecto tosco y grosero. Se confirmaba plenamente que puede alcanzar blancos distantes hasta 12 kilómetros.

Tan inquietante como el lanzamiento del Qasam-2 es, sin embargo, la irrupción en el conflicto de las milicias clandestinas radicales judías, que bajo el nombre de Venganza de Nuestros Hijos, actuaron ayer en Jerusalén Este, para colocar un artefacto explosivo en el patio de una escuela, que provocó heridas a tres niños y a un maestro. Este atentado, el tercero de estas características que se atribuyen las milicias radicales judías en esta Intifada, es la respuesta directa al asesinato de los cinco niños en la puerta de la sinagoga, en el barrio ultraortodoxo de Mea Sharim de Jerusalén Oeste, el sábado. Esta madrugada, varios carros de combate iraelíes penetraban en el campo de refugiados de Rafah, en el sur de la franja de Gaza y fronterizo con Egipto, donde efectuaron disparos con obús y ametralladoras pesadas, según fuentes de la seguridad palestina y testigos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de marzo de 2002