Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

La tromba de Tenerife destrozó las casas de 2.000 personas y desalojó a 120 por grietas en una presa

Dos hombres permanecen desaparecidos desde el domingo y 5.000 vecinos siguen sin electricidad

Santa Cruz de Tenerife

Más de 2.000 personas de Santa Cruz de Tenerife han perdido su vivienda o ésta ha quedado gravemente dañada, según el primer informe del Ayuntamiento sobre siete de las 15 zonas afectadas tras las lluvias del pasado domingo, cuando cayeron sobre la capital más de 224 litros por metro cuadrado en menos de dos horas. A las seis víctimas mortales se sumó ayer el temor por la suerte de dos personas desaparecidas desde el domingo. Las grietas halladas en la presa de Fumero -un embalse abandonado, con capacidad para 2.500 metros cúbicos- motivó que 120 familias fueran desalojadas.

Diego Santana Lorenzo, de 42 años, casado y padre de dos hijos, y José Domingo Rodríguez Guerra, de 33 años, permanecen desaparecidos desde el pasado domingo. Al primero se le busca en el barrio de La Alegría, donde los vecinos se sienten "angustiadísimos", porque le aprecian y le consideran "un gran colaborador en el barrio", según comentaba ayer Jesús Manuel Álvarez, presidente de la comunidad de vecinos. Según él, Santana colocaba unas tejas en la fachada de su vivienda cuando entró en la casa para cambiarse de ropa, empapada por la lluvia. Ya no volvió a salir. Una riada que bajaba de la montaña hizo saltar la puerta de su casa. "Si estuviese vivo, le tendríamos aquí colaborando con todos nosotros, y no está", lamentaba.

Sólo en este barrio han desaparecido al menos una docena de casas, como consecuencia de los derrumbes provocados en la montaña por la lluvia y que han arrasado viviendas construidas por los propios vecinos en las laderas. Asimismo, numerosas personas han perdido sus vehículos.

Un grupo de submarinistas buscó ayer en el tramo de costa cercano al barrio pesquero de San Andrés al segundo desaparecido, José Domingo Rodríguez. Sus familiares le vieron por última vez cuando se dirigía a rescatar su vehículo, arrastrado por la riada.

Por el momento, han quedado "inservibles" más de 25 hogares y "gravemente afectados" otros 350, si bien fuentes oficiales del Ayuntamiento de Santa Cruz precisaron que estas cifras "aumentarán considerablemente" cuando se hayan inspeccionado las ocho zonas restantes dañadas. Muchas de esas familias están acogidas en el Recinto Ferial, donde se les facilitan mantas, comida y asistencia psicológica. No obstante, otros muchos vecinos, como los del barrio de la Alegría, han decidido volver a su casa, aunque aún esté llena de lodo y barro por temor a posibles robos y a perder lo poco que no se ha llevado la lluvia.

Ayer, las grietas detectadas en la pequeña presa de Fumero, con capacidad para 2.500 metros cúbicos y una altura máxima de seis metros, sembraron el pánico entre los vecinos de una zona conocida como Residencial Anaga. El embalse de Fumero, construido con un muro de piedra revestida de hormigón, tapona desde hace más de 30 años el cauce de un pequeño barranco llamado de La Leña. Su capacidad es poca, pero quedó colmada el pasado domingo tras la lluvia torrencial, que descargó 224 litros en apenas dos horas, casi la misma cantidad que la recogida normalmente en todo un año. "Este tipo de presas es muy estable y es muy poco probable que se rompa de golpe, como en Tous", indicó ayer Juan Alfredo Amigó, director gerente de la Empresa Municipal de Aguas (Emmasa), en referencia al siniestro ocurrido en ese pueblo de Valencia en 1982.

No obstante, ante el riesgo de que se derrumbara, el alcalde, Miguel Zerolo, ordenó el desalojo de más de 120 familias que habitan dos edificios próximos, así como de la Comandancia de Marina y de otro acuartelamiento, construcciones situadas en la desembocadura natural del barranco. La mayoría de las familias regresaron posteriormente a sus hogares.

Los helicópteros de emergencia trasladaron mangueras y estaciones de bombeo con las que desde primeras horas de la mañana achicaron una media de 240.000 litros por hora. Las autoridades tenían previsto que anoche quedase totalmente vaciado el embalse. El consejero de Aguas del Cabildo Insular de Tenerife, Alonso Arroyo, anunció que cuando la presa quede seca será derribado el muro de contención y recomendará la construcción de un cauce hasta el mar. La balsa de Fumero estaba abandonada y no suministraba agua a la red pública.

"Le hemos perdido el respeto a los cauces de los barrancos", comentaba ayer el consejero de Aguas del Cabildo insular de Tenerife para explicar el alcance de los daños ocasionados.

El 95% de los vecinos ya dispone de agua corriente, aunque no potable, según Emmasa y unos 5.000 permanecen desde el domingo sin electricidad en sus hogares.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de abril de 2002