Marwan Barguti, secretario general de Al Fatah en Cisjordania, responsable de las milicias Tanzim, diputado por el Consejo Legislativo palestino y líder carismático de la Intifada, fue detenido ayer en Ramala por una unidad del Ejército secreto israelí. La detención de Barguti amenaza con complicar la operación de pacificación que el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, inició hace cuatro días en la zona y que ayer le llevó a Beirut y Damasco.
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Soldados israelíes disfrazados de árabes detuvieron en las calles de Ramala a Marwan Barguti y a un familiar, Ahmed Barguti, que hacía las funciones de guardaespaldas. La detención se llevó a término sin violencia, mientras el líder de la Intifada comentaba en voz baja a su acompañante, al percibirse de la presencia de los soldados disfrazados: "Vienen a por mí". Con la detención de Barguti finaliza una larga operación de búsqueda y captura iniciada en julio pasado, cuando un tribunal israelí ordenó su detención por su supuesta implicación en la muerte por error de un monje ortodoxo griego, Georgios Tsibuktzakis, facilitar armas a las milicias palestinas, militar en una organización ilegal, Tanzim, y, sobre todo, por promover actuaciones terroristas.
El Ejército israelí había tratado de asesinarlo tres veces. La primera el pasado mes de agosto, cuando un helicóptero de combate disparó contra su coche. Hace dos meses volvió a intentarlo y provocó la muerte de uno de sus colaboradores. La última tentativa fue urdida hace tres semanas, cuando se encontraba refugiado en un cuartel de la policía palestina en Betunia, cerca de Ramala. "Tememos por la suerte de Barguti", aseguraba ayer el jefe de la Seguridad Preventiva palestina, Rajub Jabril, quien recalcó que cualquier atentado o daño contra el líder palestino podría provocar la reacción en cadena de la calle, donde cuenta con millares de seguidores.
La detención de Barguti se produjo a media tarde, cuando el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, regresaba de Beirut y Damasco, donde se había entrevistado con los presidentes libanés, Emile Lahud, y sirio, Bashar El Asad, a quienes había tratado de convencer sobre la necesidad de frenar a la guerrilla libanesa del Hezbolá e impedir que abra un nuevo frente en el norte de Israel. El triple encuentro finalizó con un nuevo fracaso diplomático, ya que ni sirios ni libaneses le dieron garantías de neutralidad, asegurándole que sólo la devolucion de los derechos y las tierras a los árabes por parte de Israel garantiza una paz durable. Un portavoz del Departamento de Estado norteamericano anunció anoche que Powell se entrevistará hoy con el primer ministro israelí, Ariel Sharon, y mañana con Yasir Arafat.
El único gesto positivo conseguido hasta ahora por Powell ha sido el acuerdo de celebrar una conferencia regional o internacional, en cuyo marco podría establecerse el repliegue de las tropas israelíes. La iniciativa, que ha partido de Sharon, consiste en una nueva cumbre similar a la de Madrid, aunque sin Arafat ni la UE.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 16 de abril de 2002