Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

Nevenka relata las vejaciones del alcalde

La ex edil de Ponferrada asegura que los concejales del PP le hicieron el vacío y fue 'castigada'

La ex concejal de Hacienda de Ponferrada (León) Nevenka Fernández, de 27 años, relató ayer ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León los "asedios constantes" y vejaciones en habitaciones de hotel a que, según ella, se vio sometida por el alcalde de esa localidad leonesa, Ismael Álvarez, de 50 años. La ex edil, que hace un año se querelló contra el regidor por acoso sexual y lesiones, describió cómo sus compañeros le hicieron el vacío cuando rompió su breve relación con Álvarez y sufrió una crisis nerviosa al reseñar los detalles más impactantes de su relato.

Un año después de su denuncia, Nevenka Fernández volvió ayer a ver a Ismael Álvarez, esta vez sentado en el banquillo de los acusados. La acusación particular, que reclama un año de cárcel, junto a la inhabilitación especial para cargo público y una indemnización de 12.000 euros más otros 1.800 por las secuelas, sostiene que Fernández se vio obligada a dimitir de su cargo de edil y sufrió un desequilibrio emocional que sólo al acudir a un psiquiatra supo que era consecuencia de un acoso sexual.

La ex concejal comenzó exponiendo cómo fue captada por el PP y el grupo de amigos de Ismael Álvarez, que está suspendido de militancia temporalmente. La muerte de la esposa del alcalde, en agosto de 1999, generó en la mujer un sentimiento de pena hacia la persona que había pensado en ella para un puesto de tanta responsabilidad. Las demostraciones de poder, la despótica manera de comportarse con ella y la insistencia angustiosa en las relaciones sexuales acabaron con el incipiente noviazgo en dos meses, según la declaración de la joven. "No le cabía en la cabeza que no quisiera estar con él".

"No me podía mover"

Fernández relató que en un viaje a Logroño, con motivo de la boda del hijo de un concejal, fue objeto de una encerrona que le llevó a altas horas de la madrugada a una habitación de hotel donde el alcalde, tras horas de intentar convencerla de que dejara que la tocase y la besase, se masturbó sobre ella. Con la voz quebrada y en tono muy bajo, dijo: "Yo lo oía, pero no me podía mover, no me podía mover, no me podía mover....". Se apoyó en la mesa de la sala, con los brazos sobre la cabeza y el tribunal se vio obligado a las 14.20, tras tres horas y media de declaración, a suspender la sesión hasta las 18.30, ante el estado en el que se encontraba Fernández.

En un receso, por la mañana, Fernández, sentada un metro por detrás del acusado, que en ningún momento volvió su cara ni hizo gesto alguno, dijo a su madre: "¡No me mira, mamá, no se atreve a mirarme!".

La edil refirió que la mayoría de los concejales del PP le hicieron el vacío por orden del alcalde, o por solidaridad con él. Sólo se dirigían a ella por comunicados o cartas, "castigos que él hacía ver que podrían desaparecer en el momento en el que volviera a ser 'cariñosa". Esa luz de gas provocó también la retirada de la firma delegada en el ayuntamiento, cambios de responsabilidades en el trabajo cotidiano, falta de información al ir a las comisiones con el objeto de humillarla y que desconociera el contenido de las reuniones posteriores, y un largo etcétera de detalles, encaminados a que dimitiese. "Y todo porque no quería relaciones con él, no porque yo no valiese o lo hiciera mal".

En relación con este acoso del que era objeto en hoteles o en despachos, dijo: "Sólo pensaba, 'si se pasa más me levanto y le mato'; sólo quería que se hiciera de día". En ocasiones, el alcalde le espetaba a ella: "Yo te toco el culo cuando me sale de los cojones, qué ¿me vas a denunciar.....?". "Se tocaba y se animaba", añadió Fernández.

"En aquella etapa estaba muy nerviosa, no podía ni comer, pensaba que a lo mejor lo que me decía él de que era una inmadura porque no quería relaciones con él era cierto", agregó. "Llegó a decirme [por teléfono] que era una hija de puta y que él iba a ser más hijo de puta conmigo", recordó.

Por la tarde, Fernández fue interrogada por el fiscal, José Luis García Ancos, que solicita para el alcalde 15 fines de semana de arresto por acoso sexual y 6.000 euros de indemnización por lesiones. Le preguntó a Fernández por qué aceptó trasladarse de Madrid a Ponferrada para ser edil, por qué no había denunciado antes los hechos y la felicitó por su "soltura" y "buena memoria" al referir hechos ocurridos hace tres años. El presidente del tribunal, José Luis de Pedro, le recordó al fiscal que la ex edil es una testigo y no la acusada.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 1 de mayo de 2002