Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
Crónica:FÚTBOL | Primera ronda de la Copa de la UEFA, partidos de vuelta

Ronaldinho y los goles divierten al Barça

El brasileño, genial, anotó tres tantos y lideró la goleada de los azulgrana ante el modesto Púchov

Ronaldinho, Ronaldinho... y Ronaldinho. El brasileño volvió ayer a confirmar, en poco más de una hora, que es mucho más que medio Barça. Hace una semana acabó con la angustia de la Copa del Rey ante la Gramanet y ayer hizo lo propio ante el Púchov, en la Copa de la UEFA. El equipo eslovaco le duró apenas cinco minutos y luego brindó un festival: metió dos goles más -uno soberbio-, provocó la falta que Motta transformó y, por último, justo antes de abandonar el campo, cuando se empezó a tocar su pierna lesionada, en un gesto que causó pavor en el Camp Nou, dio el quinto a Luis Enrique. Su salida del campo no impidió que el marcador engordara con dos goles más de Saviola y otro del capitán. La goleada sirvió para devolver la confianza al Barça que, a la cuarta ocasión, ganó un partido en casa.

BARCELONA 8 - MATADOR PÚCHOV 0

Barcelona: Rustu; Gabri (Òscar López, m. 60), Puyol, Cocu, Van Bronckhorst; Gerard, Ronaldinho (Iniesta, m. 66), Motta (Overmars, m. 78); Luis Enrique, Saviola y Luís García.

Matador Púchov: Bernady; Hricko, Ovad, Cvirik (Brisuda, m. 72), Holcik; Majernik, Belak, Jambor, Talda; Breska (Beljancin, m. 46) y Nemec (Pernic, m. 58).

Goles: 1-0. M.6. Ronaldinho supera con una vaselina al portero y a un defensa.

2-0. M.19. Ronaldinho, con un tiro raso tras un doble rechace de la defensa eslovaca.

3-0. M.40. Motta transforma una falta desde la derecha de la frontal del área con un tiro por encima de la barrera y junto al palo.

4-0. M.56. Ronaldinho se va de dos defensas y eleva suave por encima de Bernady.

5-0. M.62. Luis Enrique remata por alto tras un centro desde la izquierda de Ronaldinho.

6-0. M.71. Saviola, en la frontal, tras una asistencia de Iniesta.

7-0. M.74. Luis Enrique, de disparo colocado.

8-0. M.88. Saviola remata por bajo tras un precioso pase picado de Gerard.

Árbitro: Nikolai Vollkuarts (Dinamarca). Amonestó a Holcik.

Camp Nou. Unos 30.000 espectadores.

Fue una cita reconfortante, para la autoestima, para ratificar la omnipresencia del brasileño y borrar alguna duda. La estadística al menos así lo indica. Los azulgrana llevaban una media inferior a un gol por partido. Anoche quedó pulverizada. Marcaron tantos goles (ocho) como en los nueve anteriores encuentros oficiales. Nadie se engaña. El partido fue un mero entretenimiento que no sirve de ensayo general para la Liga ni mucho menos para la difícil cita del sábado ante el Deport. El Púchov, colista de la Liga de su país, es, seguramente, peor que cualquier equipo español de Segunda B. Costaba creer que era el mismo rival que hace tres semanas tuvo contra las cuerdas al Barça. Perdido en la inmensidad del Camp Nou, sin tener como aliado el pequeño terreno de juego de Eslovaquia, el Púchov se desmoronó a la primera genialidad de Ronaldinho y acabó deshecho. Los goles fueron cayendo hasta alcanzar un marcador de escándalo. Rustu, que debutó, casi ni se estrenó. Pero hay poner los pies en el suelo: el Girondins, hace un año, eliminó al Matador en la primera ronda por un global de 10-1. El Barça se quedó en 9-1.

La victoria viene a calmar, en cualquier caso, el delicado debate entre Rijkaard y Txiki Berigistain, que había pedido jugar más por las bandas. El Barça camina por la cuerda floja y cada partido, incluido el de ayer, es una prueba de fuego especialmente cuando hay un título en juego. El holandés avanzó la defensa con Gabri como lateral y colocó a Luis García, que está opositando para ser titular, en la banda izquierda. El campo se abrió y Ronaldinho, con libertad de movimientos, volvió a ser el rey indiscutible. Todo lo hace fácil. Todo lo hace sencillo. Como si viera la portería más grande que los demás. Arregló con una vaselina a las primeras de cambio lo que no supo rematar Saviola en el primer gol y supo encontrar un hueco entre una selva de piernas para reparar el chut de Motta en el segundo. Ronaldinho cerró el partido justo antes del descanso al servir el tercero: le hicieron una falta y, esta vez, Motta sí marcó.

Ronaldinho no se conformó y volvió a regalar un gol de ensueño que sacó del sopor a la fría grada. Pilló un balón en el círculo central y se zafó de Cvirik, de Ovad para amagar y engañar a Bernady. No se acabó ahí: luego se fue por la banda y plantó un balón para que Luis Enrique metiera el quinto y acabara con su sequía de esta temporada. Cuestionado por todos, abandonado a su suerte por la lluvia que cayó anoche, el Barça no se conformó con el 5-0 y fue a por más. El asturiano volvió a marcar y Saviola, tan apagado este año, recuperó por partida doble su puntería. La magnitud de la goleada -no se lograba algo así desde 1996, ante el Logroñés- servirá para lograr una tregua y para cargar las pilas para el Depor. La junta lo agradeció: su campaña publicitaria Camino de Gotemburgo, la ciudad donde se jugará la final, empezó bien. Falta que la fiesta no decaiga ante el Depor, que pulsará la auténtica reacción del Barça.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 16 de octubre de 2003