El presidente del Gobierno, José María Aznar, acusó ayer al PNV de "no querer buscar la desaparición del entramado terrorista y de sus cómplices". En su réplica al portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, Aznar afirmó que para acabar con ETA se necesitaría un "liderazgo democrático" del que los nacionalistas carecen. Aznar y Anasagasti se enfrascaron, durante casi dos horas, en un durísimo diálogo de sordos en que no tuvo cabida una oferta de "paz política de 90 días" lanzada por el portavoz nacionalista para recuperar la relación entre los Gobiernos de Madrid y Vitoria.
Anasagasti ofrece 90 días de paz política para recuperar el diálogo entre gobiernos
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"Usted le pide al Gobierno 90 días de distensión, ¿para qué?", espetó Aznar. El presidente arrancó su agrio debate con Anasagasti menospreciando la "calidad democrática" de los diputados del PNV en comparación con la de los representantes vascos del PP y del PSOE. Aznar defendió que en el País Vasco el único problema es el "terrorismo y la falta de libertad" y no la reclamación de mayores competencias que pretende el PNV. "No siga confundiendo las cosas, pido un compromiso político y ustedes lo tienen con Batasuna, y con nadie más", concluyó el presidente.
En un continuado y durísimo intercambio de reproches y ataques mutuos, Anasagasti acusó a Aznar de haber "roto y bombardeado todos los puentes". Y éste le negó la mayor: "Nosotros no hemos volado los puentes porque hemos renovado, por dos veces, el concierto económico".
El choque entre ambos tuvo como telón de fondo el ultimátum del Gobierno y del Parlamento vasco -resolución aprobada con la abstención de Batasuna- para completar en dos meses los traspasos pendientes del Estatuto de Gernika, sobre cuyo diagnóstico también hay radicales diferencias. Anasagasti las cifró en 37 y Aznar las redujo a nueve. Aznar exigió "lealtad institucional cotidiana" y reprochó al PNV ser el único que ha cambiado. "Ustedes han cambiado Ajuria Enea por Estella y ahora dan pasos para la ruptura del orden constitucional", les acusó el presidente. Anasagasti defendió la compatibilidad de reclamar el cumplimiento íntegro del Estatuto con el objetivo de acabar con el terrorismo y concedió tanta legitimidad a los acuerdos aprobados en el Congreso de los Diputados como a los votados en el Parlamento vasco. Y le dijo que no son dos meses de ultimátum "sino 23 años de paciencia" el tiempo que los vascos llevan esperando para completar las competencias que recoge el Estatuto. "En el País Vasco no hay un problema competencial, sino de terrorismo y libertades", sentenció Aznar.
El PNV armó su intervención con el argumento de que el PP y el Gobierno quiere "derrotar" al PNV ya que no puede acabar con ETA. Aznar le respondió: "A todo lo que sea para derrotar al terrorismo le digo que sí". Pero, para Anasagasti, Aznar tiene un plus de responsabilidad: "Todos hemos cometido errores pero usted tiene la obligación de serenar la situación y buscar una solución política, en vez de injuriar al nacionalismo democrático".
Para Aznar, Anasagasti optó por presentarse como víctima cuando las únicas víctimas son las que produce el terrorismo de ETA. Ante las reiteradas acusaciones del portavoz nacionalista de que el PP "demoniza" a todo el que discrepa, el presidente le recordó que "el discrepar se paga con la vida en el País Vasco". A lo que Anasagasti respondió increpándole con una pregunta: "¿Qué tenemos que ver nosotros con esto? ¿Nos está usted imputando que por discrepar unos salvajes y desalmados matan?".
Anasagasti comenzó su discurso pasadas las 21.30 horas. Antes de que iniciara su intervención, Aznar se levantó de su escaño, por vez primera en la tarde, para ir al baño. Al volver, con un gesto, pidió disculpas a Anasagasti por esa ausencia. Fue el único momento de distensión. Después llegó el más duro choque dialéctico del día.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 16 de julio de 2002