Dos muertos, una niña de seis años y un hombre de 57, y 34 heridos causó el coche bomba que ETA hizo explotar ayer en Santa Pola (Alicante), sin previo aviso, junto al cuartel de la Guardia Civil. La explosión se produjo a las ocho y media de la tarde en un punto de gran concurrencia, junto a una rotonda donde confluyen los automóviles que entran y salen de la localidad turística hacia Elche y Alicante y a una parada de autobuses. Según los testigos, la explosión fue "muy seca". Pudo oírse a kilómetros de distancia. Un área de 200 metros alrededor del cuartel fue acordonada pocos minutos después del atentado y las fuerzas policiales buscaban un posible segundo coche bomba. La explosión causó grandes destrozos en las viviendas colindantes.
La explosión se oyó a varios kilómetros de distancia del lugar del atentado
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Un automóvil, probablemente un Opel negro, cargado con 50 kilos de dinamita Titadyne y aparcado en la calle de Azorín, a la cual da la parte trasera del cuartel de la Guardia Civil de Santa Pola, hizo explosión, sin que se hubiese producido aviso previo, poco antes de las 20.30. La ausencia de aviso previo impidió que se desalojara la zona para poder evitar víctimas. El ministro del Interior, Ángel Acebes, que se encontraba de visita en Benidorm y se desplazó al lugar del crimen acompañado del ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, y del delegado del Gobierno, Francisco Camps, confirmó a las once de la noche que se habían producido dos muertos, un hombre adulto, Cecilio Gallego Alarias, y una niña, como consecuencia de la explosión. Acebes destacó la "brutalidad" de ETA al atentar en una zona muy concurrida y añadió que los terroristas colocaron el coche bomba poco antes de que estallara.
Varios heridos fueron evacuados hacia el hospital General de Elche, el más cercano al lugar del atentado, aunque algunos inicialmente fueron atendidos en el Centro de Salud de Santa Pola. Además del hombre de 57 años, vecino de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), falleció una niña de seis años, hija de un guardia civil que jugaba en una habitación de la casa cuartel con su madre y su tía. Tambien 34 personas resultaron heridas, según informaron la Subdelegación del Gobierno en Alicante y el Centre d'Emergències de la Generalitat.
En una explanada próxima al cementerio de Santa Pola se improvisó un hospital de campaña para atender en un primer momento a los afectados por la deflagración, que varios testigos describieron como "seca" y "dura". Otros fueron llevados al centro de salud, de donde eran trasladados a Elche. Entre los heridos que pasaron por el Centro de Salud estaba la niña que murió.
Catorce de los quince ingresados con heridas de diversa consideración en el Hospital General de Elche recibieron horas después el alta médica, mientras que otro sigue ingresado, aunque fuera de peligro. El director médico del centro hospitalario ilicitano, Frank Leyn, explicó que este único ingresado sufre una lesión en el talón de Aquiles y que, previsiblemente, será intervenido hoy quirúrgicamente.
El ministro del Interior, Ángel Acebes; el de Trabajo y Asuntos Sociales, Eduardo Zaplana; y el presidente de la Generalitat, José Luis Olivas; visitaron a los heridos en este centro y lo abandonaron a las doce y veinte de la noche.
La Cruz Roja preparaba anoche un lugar donde acoger a los vecinos afectados por la explosión. Unos 140 fueron acogidos para pernoctar fuera de sus domicilios, ya que la estructura de los edificios donde residen, al igual que los comercios colindantes y el cuartel, resultó afectada seriamente por la explosión.
La zona dañada tiene en estas fechas, en plena temporada veraniega, gran concurrencia turística. A varios kilómetros de distancia fue posible oír el estallido. La confusión se apoderó del entorno del cuartel, que lleva ubicado 20 años en El Palmeral. Manuel Pomares, un testigo que salía hacia Elche y que pasó por el lugar apenas un minuto y medio después del estallido, señaló: "He visto dos edificios muy tocados, aunque el cuartel no lo vi demasiado dañado".
Los dos inmuebles destrozados, según las declaraciones que hizo este testigo a la televisión autonómica Canal 9, están situados a espaldas del edificio de la Guardia Civil, lo que confirma que el coche bomba estaba colocado en la calle trasera y no ante la fachada del cuartel, donde está prohibido el aparcamiento de vehículos.
La confusión persistía anoche en el lugar del atentado, donde se buscó sin éxito un segundo vehículo de los terroristas. Esta vez, sin embargo, los terroristas ni avisaron ni dejaron segundo coche, lo que hace pensar a Interior que tenían intención de causar una matanza. Santa Pola es una localidad de cerca de 20.000 habitantes a 17 kilómetros de Alicante y a 15 de la salida de la autopista A-7. En verano multiplica su población como centro de atracción turística.
El último intento de atentado de la banda terrorista en la Comunidad Valenciana ocurrió hace casi año y medio, la madrugada del domingo 18 de marzo de 2001, cuando el Cuerpo Nacional de Policía hizo explotar un coche bomba junto al Hotel Riviera de Gandía. No hubo heridos pero sí cuantiosos daños materiales. La investigación del atentado reveló que el turismo estaba cargado igualmente con 50 kilogramos de dinamita.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de agosto de 2002