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LA SITUACIÓN EN EL PAÍS VASCO

Dos supuestos etarras mueren en Bilbao al estallarles la bomba que manipulaban

Hallados una pistola, matrículas y un radiomando entre los restos de los fallecidos

Dos supuestos miembros de ETA fallecieron anoche en el barrio bilbaíno de Basurto al hacer explosión el artefacto que llevaban en un coche, según la primera hipótesis de la Ertzaintza. La explosión se produjo aproximadamente a las doce menos cuarto de la noche de ayer a la altura del número 23 de la calle de Lezeaga y al cierre de esta edición se desconocía la identidad de los fallecidos, entre cuyos restos se encontraron trozos de una pistola, de matrículas falsas y un radiomando. Hace dos años murieron cuatro terroristas en un coche en el que transportaban explosivos, en Bolueta, también en la capital vizcaína y en julio de 2001 la etarra Olaia Castresana falleció en Torrevieja (Alicante) al estallar la bomba que manipulaba.

La explosión fue tan terrible que los restos de los fallecidos (al menos dos, según fuentes de la policía vasca) quedaron esparcidos en un radio de más de 100 metros. La Ertzaintza da por hecho que tardará tiempo en identificar a los etarras muertos.

El terrorista que manipulaba la bomba (tampoco se conocía ni de qué tipo ni con qué sustancia explosiva) iba en el asiento del copiloto y fue el que quedó más destrozado. Al cierre de esta edición ni siquiera habían sido levantados los cadáveres por la autoridad judicial, que llegó poco antes de las dos de la madrugada.

Entre los trozos, los agentes hallaron también restos de una pistola Star, de matrículas dobladas y de un radiomando. Según fuentes de la investigación, el automóvil era un Ford Mondeo de color gris metalizado, cuya matrícula, BI-3282-CL, corresponde a un coche de alquiler.

"No iban a hacer ninguna buena acción, me alegro de que no hayan llegado a su destino", declaró el delegado del Gobierno en Euskadi, Enrique Villar, en el lugar del atentado, un barrio de expansión de Bilbao, con viviendas de nueva construcción y habitado por personas de clase media, entre ellos policías municipales y autonómicos, según fuentes municipales. Villar añadió que la muerte "no es deseable ni en los etarras". Pero "muchos dormiremos más tranquilos".

El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, del PNV, escuchó la deflagración desde su domicilio, a unos dos kilómetros del lugar de la explosión. Allí declaró que la muerte de los dos terroristas le recordaba a lo sucedido en el barrio de Bolueta en agosto de 2000, cuando cuatro etarras fallecieron al estallar la bomba que transportaban en un coche. "Un drama que vive este pueblo", dijo en alusión a la violencia terrorista.

Además acudieron a la calle de Lezeaga el portavoz del grupo municipal del Partido Popular en Bilbao, Antonio Basagoiti, y del Partido Socialista de Euskadi, Dimas Sañudo.

Un vecino del número 15 de esa calle, a unos 200 metros del lugar de la explosión, relató que oyó un ruido sordo y lejano, y que al asomarse no vio ni humo ni llamas, por lo que no se dio cuenta de que la explosión se había producido junto a su domicilio hasta que vio los restos del coche.

El atentado que supuestamente estaban a punto de cometer los etarras muertos (que en principio se consideran miembros del comando Vizcaya) haría el vigésimocuarto este año, durante el que han muerto tres personas a manos de ETA: el concejal socialista en el Ayuntamiento de Orio (Guipúzcoa) Juan Priede, el 21 de marzo; y Cecilio Gallego Alarias y la niña de seis años Silvia Martínez, hija de un guardia civil, en el atentado contra la casa cuartel de Santa Pola (Alicante) el pasado 4 de agosto.

Las últimas intentonas del comando desde que comenzara la doble iniciativa política y judicial para ilegalizar a Batasuna fueron frustradas por la Ertzaintza.

La policía vasca desactivó un artefacto con cinco kilos de cloratita y otros tantos de dinamita colocado en los juzgados de Tolosa (Guipúzcoa) el 26 de agosto.

En la madrugada del 1 de septiembre artificieros de la Ertzaintza neutralizaron una bomba compuesta por 30 kilos de dinamita que se encontraba en el interior de una furgoneta estacionada en el barrio bilbaíno de Zamakola y que había sido robada horas antes a punta de pistola por terroristas de ETA en el alto de Dima.

Contra la Ertzaintza

Este atentado, según confirmaron luego las investigaciones policiales, iba destinado a una patrulla de la policía vasca, que ha puesto en alerta a sus miembros tras las acusaciones vertidas por el entorno de la banda por su participación en el cierre de sedes de Batasuna y herriko tabernas por orden del titular del Juzgado Central de Instrucción, de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón.

El 11 de septiembre la Ertzaintza desactivó un coche bomba cargado con 25 kilos de dinamita y estacionado en una carretera situada en el municipio vizcaíno de Zierbena y alejado de cualquier zona poblada. Una llamada al diario Gara en nombre de ETA avisó de la colocación del explosivo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de septiembre de 2002