La ciudad tras la decepción olímpica
Casi al final de su comparecencia anteanoche, tras la dura derrota de Madrid 2016 en Copenhague, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, manifestaba con los ojos rojos: "El auténtico fracaso en la vida es rendirse". ¿Significaba la frase un guiño a su futuro político o a la pretensión de llevar a la ciudad que gobierna a una nueva pugna por los Juegos Olímpicos en 2020?
Río de Janeiro dio un baño a Madrid en la final de Copenhague, en la que los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI), eligieron a la ciudad que organizará los Juegos de 2016. No hay duda. Pero la ventaja de la candidatura española, especialmente para los ciudadanos de Madrid, es que se puede decir que en cuestión de infraestructuras la capital tendrá igualmente sus Juegos.
Un nuevo tributo municipal
Protagoniza las conversaciones en los bares, las cartas al director en los periódicos y la pelea de los políticos municipales. Todos a vueltas con la basura. El tema no es muy agradable, pero si se une con el dinero se convierte en fuente de polémica. A nadie le gusta que le toquen el bolsillo.
Pasadas las once de la mañana de ayer, acabaron diez meses de angustia para una familia de la capital. Es el tiempo que llevaba desaparecido un montañero de 30 años, José Carlos Marcos del Blanco. Un agente del Servicio de Rescate e Intervención en Montaña (Sereim) de la Guardia Civil encontró a esa hora un hueso, supuestamente un fémur, lo que permitió hallar el resto del cuerpo.
El profesor del quimono le lanza un par de guantazos de trapo a una niña del tamaño de una almendra. Los fingidos golpes se estrellan contra sus manos, extendidas en una inocente posición de defensa. "Muy bien. Y si te quieren pegar, ¿a quién se lo dices?", pregunta el monitor. "Eso pasa en el cole; y yo se lo digo a la seño", responde la niña.
La semana que viene los arquitectos tomarán la ciudad. Estarán los consagrados, cuyas obras se abrirán al público, y también los aprendices, que se ocuparán de explicarlas a los legos.