El ministro español de Exteriores, Abel Matutes, y su homólogo ruso, Ígor Ivanov, coincidieron ayer en Moscú en la necesidad de dar al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (en el que Moscú tiene derecho de veto) un papel clave para solucionar políticamente el conflicto de Kosovo. No fue poco si se tiene en cuenta que el primero representa a un país que tiene aviones que bombardean Yugoslavia, y el segundo, al único amigo o aliado que, aunque con reservas, le queda a Belgrado en el planeta.Matutes, que puso de relieve que España no tiene intereses territoriales ni políticos en los Balcanes, dijo que su Gobierno desea "tanto como nadie" una salida negociada. Ígor Ivanov, por su parte, aseguró que en los últimos días se han producido acercamientos significativos entre las posiciones de la OTAN y las de Rusia, pese a lo cual señaló que no es "muy optimista" sobre la reunión que hoy mantendrá en Bonn con sus homólogos del Grupo de los Ocho -EEUU, Canadá, Japón, Italia, Reino Unido, Francia y Alemania, más Rusia-.
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Abel Matutes viajará esta mañana a la capital alemana, donde probablemente se entrevistará con varios de los convocados a la cita del G-8. Antes, a primera hora, se reunirá en la antigua sede del comité central del partido comunista soviético (PCUS) con el representante especial de Borís Yeltsin para bregar con esta crisis, Víktor Chernomirdin. Éste, de regreso de Washington, donde se entrevistó con Bill Clinton, declaró ayer que Rusia y Estados Unidos "entienden ahora realmente lo que ocurre y lo que hay que hacer en los Balcanes".
El jefe de la diplomacia rusa precisó que el acercamiento se centra en estos principios: suspensión de la violencia en Kosovo (evitó referirse a los bombardeos de la OTAN), creación de condiciones para el regreso de "todos" los refugiados, presencia (no dijo "fuerza") internacional bajo auspicios y bandera de la ONU y ayuda económica para la reconstrucción de la región.
Matutes, que quiso hacer un "reconocimiento público del papel positivo de Rusia desde el inicio del conflicto", indicó que, "desde la solidaridad con los aliados", España defiende una salida diplomática que pase por la ONU. Eso sí, para ello "deben cumplirse las condicions establecidas por la OTAN y aceptadas por casi toda la comunidad internacional".
Ambos ministros minimizaron las "discrepancias de contenido", y aseguraron que se avanza a buen ritmo para superarlas y que "hay margen" para lograrlo en un plazo razonablemente corto. Según Ivanov, en la entrevista, que duró unos 90 minutos, se habló de principios generales, pero no se entró en los detalles del tema clave: la composición del contingente a desplegar en Kosovo.
Matutes, que con su visita a Rusia desbroza el camino a la que efectuará José María Aznar entre los días 16 y 19 de mayo, negó que su viaje se haya decidido de forma repentina y abrupta. "Al final", afirmó de buen humor, "mantener una entrevista mano a mano con Ivanov resultaba más económico que seguir gastando dinero para hablar por teléfono con él cada día. Había agotado el presupuesto de teléfono, pero todavía me quedaba algo para viajes".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 6 de mayo de 1999