El señor de los anillos: La comunidad del anillo es el fenómeno del año. El primer capítulo de una trilogía cinematográfica basada en la novela de J. R. R. Tolkien recaudó 200 millones de dólares (227,5 millones de euros) en tres semanas, obligó a ampliar los horarios de exhibición en miles de salas estadounidenses y aspira a reemplazar a La guerra de las galaxias como cumbre de la épica fantástica. La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood reconoció ayer el formidable éxito de El señor de los anillos y otorgó a la película 13 candidaturas a los Oscar. Una mente maravillosa y Moulin Rouge, con ocho candidaturas cada una, completaron el trío teóricamente favorito para la ceremonia del próximo 24 de marzo.
Las aspiraciones de 'El señor de los anillos' están hinchadas con candidaturas menores
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Tradicionalmente, la obra con más candidaturas obtiene el Oscar a la mejor película. Eso ocurrió con Eva al desnudo (aspirante a 14 estatuillas en 1950), Titanic (lo mismo en 1997) y otros portentos de calidad o taquillaje. La tradición, sin embargo, también pesa en contra del trabajo del director neozelandés Peter Jackson: el género fantástico nunca ha recibido el máximo galardón. Las aspiraciones de El señor de los anillos, por otra parte, están hinchadas con candidaturas menores: sonido, edición, vestuario, maquillaje y demás apartados de artesanía. No sería extraño que recolectara un montón de estatuillas, sin ninguna de las grandes.
Una mente maravillosa y Moulin Rouge acapararon Globos de Oro el mes pasado (esos premios distinguen entre drama y comedia musical, lo que permitió que ambas ganaran), pero llegarán a la gala de los oscars en condiciones muy distintas. La primera, una biografía edulcorada de John Mash, genio de las matemáticas, Nobel de Economía y esquizofrénico, tiene bastantes probabilidades; la segunda, un musical anacrónico (una historia de amor en el Moulin Rouge parisiense de 1899, rebozada en música contemporánea), tiene muy pocas, pese a ser el primer musical seleccionado desde All that's jazz (1979). Ambas y El señor de los anillos competirán con Gosford Park, la deliciosa exhibición de elegancia del veterano Robert Altman, y con In the bedroom, una obra trágica de bajo presupuesto que ha calado muy hondo en el público estadounidense.
Gosford Park debería llevarse algo este año. Altman está a punto de cumplir 77 años y a estas alturas su desprecio por la Academia, y por todo el entramado industrial y mercantil que ésta representa, no debería influir en las votaciones. Su larguísima carrera y su furibunda independencia refuerzan las opciones de su última película: a nadie le sorprendería que la estatuilla de mejor película o la de mejor dirección acabaran en manos de Altman, que ya fue premiado y calurosamente ovacionado en la gala de los Globos de Oro.
Los otros candidatos a la mejor dirección son Ron Howard (Una mente maravillosa); Peter Jackson (El señor de los anillos), David Lynch (Mullholand Drive) y Ridley Scott (Black Hawk: derribado). Este último, que ha reconstruido la calamitosa incursión estadounidense en Mogadiscio del 3 de octubre de 1993 y la ha convertido en una película electrizante, podría ser el tapado de la categoría.
Nada está claro este año. Si lo estuviera, cabrían pocas dudas sobre el Oscar al mejor actor: Russell Crowe acapara, en teoría, casi todas las papeletas. El actor de origen neozelandés, que ha fascinado con su interpretación del matemático esquizofrénico John Nash, es ahora mismo el valor más caliente en la Bolsa de Hollywood, y arrasó en los Globos de Oro.
Caso de alzarse con la victoria, se uniría a Spencer Tracy y Tom Hanks en el selecto grupo de actores que han obtenido dos oscars consecutivos. El año pasado era un gladiador fornido, heroico y triste; en 2002 es un matemático gordito y esquizofrénico: esa versatilidad suele obtener recompensa.
Pero ahí intervienen otros factores. Dos actores negros, Will Smith (Ali) y Denzel Washington (Día de entrenamiento), figuran en la lista de candidatos al mejor actor. Hace ya 28 años que otro actor de raza negra, Sydney Poitier, ganó la estatuilla por En el calor de la noche y existe un cierto consenso en torno a la idea de que ése es un plazo demasiado largo. Ali, biografía de Cassius Clay-Muhammad Ali, púgil y activista (a veces se olvida lo mucho que hizo por los derechos civiles y la igualdad racial), no ha funcionado bien comercialmente, y el hecho de que Will Smith aparezca en la lista final de grandes actores supone un reconocimiento a su esfuerzo y minuciosidad (que incluyen año y medio de gimnasio y cursos exhaustivos en cultura islámica) y le mantiene como principal alternativa a Russell Crowe. Los otros aspirantes son Sean Penn (un padre con retraso mental en I am Sam) y Tom Wilkinson (un padre con ansia de venganza en In the bedroom).
Mejores actrices
El Oscar a la mejor actriz tiene dos favoritas: Nicole Kidman (por Moulin Rouge) y Sissy Spacek (por In the bedroom). A favor de Spacek está casi todo: su excelente trabajo como madre destrozada por la muerte de un hijo, el impacto de su papel en un público que sigue viviendo bajo el trauma del 11 de septiembre e incluso su edad, porque a veces apetece constatar que las actrices no desaparecen después de cumplir los 50 años. Kidman es una de las joyas del star system contemporáneo y goza de la extraña estela de Moulin Rouge, una película calificada de extraordinaria por unos y de ridícula por otros. Las otras candidatas son Renée Zellweger (una inglesa apurada por el sobrepeso, la nicotina y el desamor en El diario de Bridget Jones), Judi Dench (la escritora Iris Murdoch, afectada de Alzheimer, en Iris) y Halle Berry (la viuda de un preso ejecutado en Monster's Ball).
En el apartado de mejor película de habla no inglesa, al que la Academia española había presentado Juana la Loca, de Vicente Aranda, han sido seleccionadas la argentina El hijo de la novia (de Juan José Campanella, coproducida por TVE), la francesa Amelie (Jean-Pierre Jeunet), la bosnia En tierra de nadie (Danis Tanovic), la noruega Elling (Petter Naess) y la india Lagaan (Ashutos Gowanil).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de febrero de 2002